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domingo, 10 de junio de 2012

El Copé

Hace poco nos dimos una vuelta por el Parque Nacional General de División Omar Torrijos Herrera (PNGDOTH) ubicado en las tierras altas de la cordillera central, entre los océanos Atlántico y Pacífico, en el distrito de la Pintada, comunidad del Copé en la provincia de Coclé. La entrada hacia este parque nacional se ubica unos minutos después de pasar por Penonomé, antes de llegar al Caño, entrando por la comunidad de la Candelaria.
Este parque nacional fue creado mediante Decreto Ejecutivo Número 18 del 31 de julio de 1986 e incluido dentro del Sistema Nacional de Áreas Protegidas para preservar la gran diversidad biológica de la región central panameña o cordillera central. Se encuentra dentro del Corredor Biológico Mesoamericano.
Para llegar a este parque nacional es de suma importancia ir en auto 4×4 con doble tracción ya que el parque está a 5 kilómetros del Copé y la carretera es muy difícil. De ir en bus, es casi imposible, los buses solo llegan al Chorro las Yayas, enclavado en las faldas del parque.
La temperatura es muy agradable y tiene rangos de medición que oscilan entre los 18 y 29 grados centígrados.
Cubre una extensión de 25,275 hectáreas y dentro de sus límites se encuentran unas siete comunidades: El Potroso, Las Peñitas, El Tigre, La Rica, El Guabal, Río Blanco y Caño Sucio y en sus alrededores se encuentran los poblados de El Copé, Barrigón, La Junta, Cerro Hueco, Belencillo, Aguas Blancas, Bateales y Palmarazo. Protege las cabeceras de los ríos más importantes de la región coclesana, tales como el río San Juan, el río Belén y el Concepción en la vertiente caribeña; y el río Grande, el río Marta y el río Nombre de Dios en la vertiente del Pacífico. En su territorio sobresalen los cerros Negro (1408 metros), Peña Blanca (1314 metros), Blanco (1192 metros) y Marta (1046 metros).
En el año de 1986 la superficie del parque era de seis mil hectáreas, sin embargo, la misma fue ampliada según criterios ecológicos en el año de 1996 a 25,275 hectáreas, con el propósito de incorporar tierras que requerían su conservación y protección.
Al llegar a el Copé vimos una primera entrada hacia el Cerro Marta, seguimos y encontramos otra entrada directo al parque. Fue un recorrido de media hora hasta llegar al Centro de Visitantes. Pasamos por la comunidad de Barrigón, también por la entrada del Chorro las Yayas, incluso pasamos sobre un riachuelo y unos minutos después estábamos en la oficina de control y monitoreo ambiental de Anam, en la cual no había nadie y nos tomamos el beneplácito de seguir. Ya desde ahí la vista era impresionante, a lo lejos se veía lo recorrido desde la carretera Interamericana.

Minutos después y con mucha dificultad por la carretera nos encontramos con el responsable de Anam y nos dio el permiso de seguir, nos explico de dejar el auto en el centro de visitantes en caso de subir a el Cerro el Calvario.
Hicimos lo establecido y empezamos la caminata hacia El Calvario, que bien tiene su nombre pues subíamos y subíamos, nos demoramos aproximadamente 30 minutos hasta llegar a la cima. En el camino pudimos disfrutar de la diversidad de flora del parque. El cerro se encuentra a 912 metros sobre el nivel del mar y es unos de los pocos sitios en el mundo en donde en días claros se pueden observar los dos mares, y efectivamente tuvimos la dicha de ver el Mar Caribe y el Océano Pacífico, como nos habían advertido,  ya que el sol era incandescente y radiante. También fue impresionante ver la majestuosidad del Cerro Marta, en el cual cayó la avioneta en donde murió el general Omar Torrijos, motivo por el cual el parque lleva su nombre. A lo lejos vislumbramos las comunidades de Coclesito, San Juan de Turbe, Boca de Toabre incluso Coclé del Norte; todo esto confirmado por un profesor de geografía con el cual tuvimos el placer de conversar en la cima del Calvario.
En la parte más elevada del parque como en el cerro Marta y el Calvario, se desarrollan bosques pluviales montanos bajos y a medida que se desciende están los bosques pluviales y húmedos premontano, y los muy húmedos tropicales. Se cree que de las 2 mil 604 especies de plantas y 552 especies de vertebrados terrestres que se encuentran en la provincia, la mayoría tiene presencia en el parque. Existe también una gran diversidad de especies endémicas o propias de estos bosques, unas 60 muestras han sido recolectadas dentro de la zona montañosa. Según los estudios científicos, el área se originó por la alternancia de las actividades volcánicas y sedimentarias que caracterizaron la formación del istmo de Panamá.
El propósito primordial del parque es proteger una gran extensión de ríos y bosques principales para preservar el ecosistema del país. Existen cuatro zonas de vida: el bosque húmedo tropical, bosque muy húmedo tropical, bosque húmedo premontano y bosque húmedo premontano bajo. Se observan exuberantes helechos arbóreos, palmas, enormes árboles como el guayacán y jacaranda, musgos, muchas orquídeas, bromelias, heliconias, anturios, algunas plantas endémicas como la selaginelas, scheffleras, la emblemática monolena glabra y el árbol copé, nativo del parque y por el cual lleva su nombre. También posee  la planta carnívora (Drossera capillaris) característica de los suelos pobres en nutrientes, y un sinnúmero de otras plantas endémicas del lugar. En el parque se encuentra la única zamia epifita en el mundo, la cual crece sobre árboles y sus hojas asemejan a la de una palma.
Solo en aves se pueden observar aproximadamente 350 especies diferentes, el colibrí pico de hoz, por su diseminada presencia, ha sido escogido como ave símbolo del parque. También se pueden encontrar otras especies, como tucanes, loros, oropéndolas, tigrillos, manigordos, venados, ardillas negras, mono cariblanco, pumas, jaguares, tigrillos congo, zainos, venado cola blanca,  tapires, puerco de monte, mono titi y mono perezoso, murciélagos, ardilla negra, boas constrictoras, culebras equis y corales; sobresalen además las ranas doradas y ranas cristal. Entre su flora sobresalen las epifitas; también los legendarios y vetustos helechos arbóreos, que son conocidos como verdaderos fósiles vivientes. El parque debe ser un modelo de conservación porque allí hay referencia de la vida animal y vegetal que no existe en ningún otro sitio del mundo.
Al bajar del Calvario, toqué alguna planta con pelos urticantes y se me metieron en los dedos; después de sacarlos seguimos caminando y fuimos a conocer el centro de visitantes en donde pagamos los 3 dólares de ingreso al parque. El centro de visitantes es genial, tiene basta información, un pequeño mirador, algunas sillas y mesas, un patio perfecto para acampar y del mismo centro de visitantes se empiezan los famosos senderos del parque hechos por la Anam.
Sin duda nos fuimos a recorrerlos, encontramos varios senderos: Sendero de la Rana de 2km, Sendero los Helechos de 800 metros entre otros, pero estos fueron los que recorrimos. Fue muy interesante pues pudimos disfrutar aún más de cerca de la diversidad de flora del parque. Incluso en el sendero de la rana vimos varios hongos venenosos y escuchamos el croar de ranas endémicas.
De regreso al Centro de visitantes, fuimos hasta una agradable cabaña triangular apta para alquilar, por el precio de 10 dólares por persona, las 2 habitaciones quedan en la parte de arriba de la cabaña, también posee una cocina con todo lo necesario y un baño.
Nos retiramos del centro de visitantes y fuimos directo al Chorro las Yayas a relajarnos bajo sus frías aguas en perfecta armonía.
Como leen y ven, el Parque Nacional Omar Torrijos posee todo en un solo lugar, es un sitio excepcional, lleno de vida silvestre, muy bien conservado, y esperando ser visitado.

1 comentario:

  1. Yo he estado en Bajo Grande, por las comunidades de Las Palmas, El Hechal y Barrera.

    Estoy interesado en subir Los Picachos de Olá, conocen al alguien o ustedes sabran el camino para ascender a este cerro.

    Saludos.

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